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La llegada a casa. Estad preparados para la posibilidad de que la madre y todos los bebés no lleguen a casa al mismo tiempo.

El gran esfuerzo físico. Los primeros meses son bastante duros, el tiempo transcurre entre pañales y tomas. Pasa un tiempo hasta poder dormir toda la noche, por lo que es necesario adaptarse en la medida de lo posible al ritmo de los bebés y aprovechar sus siestas..etc. para descansar.

El gran esfuerzo psicológico. En algunos casos la madre puede tener sentimientos negativos hacia los bebés, pero es muy normal ya que además de adaptarse a la nueva situación debe hacer frente al cansancio...etc. Además con el cambio hormonal y el trabajo que supone cuidar a múltiples es posible que tengamos bajones, no sólo al principio, también más adelante, pero no pasa nada, una buena forma de superarlos es compartir nuestros sentimientos con otras familias de múltiples que entienden perfectamente nuestra situación.

La decoración cambia. La casa se convierte en un hospital-hotel-guardería pero lo importante es que esté preparada para atender bien a los bebes, no a los invitados.

Algunas familias, dependiendo del espacio con que se cuente, dedican una habitación entera o parte del salón a zona de juegos. Resultan muy prácticas las losetas de goma en forma de puzzle para el suelo.

Ante todo organización. “Un sitio para cada cosa, cada cosa en su sitio y no más de lo necesario.” Es importante tenerlo todo a mano de manera que sea posible atender a un bebé sin perder de vista al otro/os.

Lo primero es lo primero. Al principio los bebés absorben todo el tiempo; las tomas cada pocas horas, cambiar el pañal, dormir, preparar lo siguiente y vuelta a empezar. Lo poco que quede se debe aprovechar para descansar. Intentad si es posible, que alguien os ayude con las tareas de la casa. No os preocupéis por ciertas tareas domésticas que antes estaban impecables. Ahora lo más importante es que los bebés estén atendidos y que disfrutéis de ellos, porque es una etapa muy bonita que pasa rápido.

Apuntarlo todo. Preparad una hojita para apuntar a qué hora come cada bebé, cuantas deposiciones hacen al día, pesos, si han tomado las vitaminas... Esto será de gran utilidad cuando os lo pregunte el pediatra y también sirve de ayuda si varias personas se encargan de los bebés.

Organizar las visitas. Dejad bien claro desde el principio que quien vaya a visitaros lo haga para ayudar. Estableced un horario que no os interrumpa la hora de las comidas, baños..etc. Otra buena idea puede ser dejar claro que los regalos sean prácticos. La economía se suele resentir con los nacimientos múltiples y toda ayuda es necesaria. Si tenéis claro que vais a vestir a los bebes iguales o no, hacedlo saber a los familiares y amigos de más confianza...

Establecer horarios. Si los bebés han sido prematuros seguramente el pediatra os recomendará alimentarlos a demanda, pero a medida que van cogiendo peso intentad establecer unos horarios de comidas, descanso, paseo, juego...

Atención temprana en caso de prematuros. Se entiende por atención temprana al conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones corren a cargo de fisioterapeutas, psicólogos, logopedas o especialistas en fisiatría lingüística, psiquiatras, pedagogos, neurólogos, pediatras, etc.

Has de saber que una gran mayoría de los múltiples nacen bajo el signo de la prematuridad y el de bajo peso y entran dentro de esta población de riesgo de sufrir alteraciones en su evolución bio-psico-social.

Estimulación en todos los casos. Cambiad su postura en la cuna. Hablad a cada bebé por separado para que pueda adquirir más fácilmente el lenguaje. Dedicad un tiempo individualizado al juego con cada uno...

Si tienes ya otro hijo, que hasta entonces había disfrutado de la atención exclusiva de sus padres, puede que viva este momento de una manera especialmente difícil, y eso se refleje en su conducta. Preparadle para la venida de sus nuevos hermanos, hacerle participar en su cuidado en la medida de lo posible para que se sienta útil, dedicadle cada día algo de tiempo en solitario, programadle salidas o actividades solo, con el padre o con la madre, intentad que los amigos, vecinos y familiares le presten atención, que nadie se refiera a él como “el hermano de los gemelos”.

La hora de dormir. No les acostumbréis a dormirse en los brazos. Al principio podéis poner a dos en la misma cuna, (a veces incluso les tranquiliza estar cerca uno del otro) pero luego cada uno debe tener su cuna. Si la madre les está dando el pecho puede que por comodidad desee tenerlos en su habitación.

Tratar a los bebés de forma individualizada. Que hayan nacido el mismo día no quiere decir que sean iguales ni que hagan las cosas al mismo tiempo. Cada bebé tendrá desde el principio su carácter, sus preferencias. Dedicad a cada uno un tiempo por separado. No os dirijáis a ellos como “los gemelos”, cada uno tiene su nombre. Si a la gente le cuesta diferenciarlos intentad ponerles ropa de diferente color...

No olvidarse de uno mismo . Sobre todo las madres tienden en ocasiones a despreocuparse de ellas mismas. Es necesario arreglarse, comenzar alguna tabla de ejercicio para recuperar la figura, descansar y también a veces “desconectar” de los niños un rato.

No olvidar a la pareja . Los bebés requieren tanto tiempo que frecuentemente la pareja deja de tener su espacio propio. Al final del día, cuando se acaba con ellos ya no se tienen fuerzas para nada más. Dedicad un espacio fijo para hablar con la pareja, comentar lo que se ha hecho durante el día, sentimientos, problemas...